Lo leído 7- LA RAZÓN - 27/01/06

La Comunidad de Madrid dice que la operación Chamartín no sería viable sin la R-1

Invita a Fomento a sumarse a las obras de la radial y el cierre de la M-50
J. G. T./ J. B.

Madrid- La Comunidad está dispuesta a dar la batalla al Gobierno central por la construcción de la R-1 y el cierre de la M-50, después de que el pasado viernes el Consejo de Ministros anunciase la presentación de un recurso de incompetencia contra la Comunidad de Madrid por proceder a la puesta en marcha de estas dos infraestructuras, ya que entiende que son de competencia exclusiva del Estado. El vicepresidente primero y portavoz del Ejecutivo autonómico, Ignacio González, confirmó ayer que el documento ha llegado a la Comunidad y que se defenderán. Sus argumentos: la Constitución y el Estatuto de Autonomía. González precisó que ambas normas otorgan la competencia a la Comunidad Autónoma cuando se refiere a carreteras y ferrocarriles «cuyo itinerario se desarrolle íntegramente en su término territorial», y este sería el caso. «Se trata de actuaciones que son necesarias y de interés para los madrileños», precisó. Dejó claro que de no hacerse estos proyectos «se podrían poner en cuestión operaciones tan importantes como las de Campamento y Chamartín» debido a los atascos que sufren en la zona. «Hay que hacerlo». La Comunidad entiende que si el Gobierno central considera que hay que hacer estas infraestructuras, debido a la importante demanda social, «podría subrogarse » a los trabajos iniciados. Esto significa que asumiría como propio el proyecto iniciado por el Ejecutivo autonómico. González recordó el precedente del ex presidente del Gobierno José María Aznar que hizo lo propio con las obras de construcción del AVE Córdoba-Málaga, después de que la Junta de Andalucía pusiese en marcha el proyecto. González no descartó que en el futuro se plantee un conflicto de competencias entre ambas administraciones y aseguró que la Comunidad contestará al recurso antes de que se cumplan los 30 días de plazo existentes para contestar. Por otro lado, el PSOE remitió ayer a los medios de comunicación un documento de Fomento, con fecha 9 de diciembre, en el se aprobaba un estudio informativo sobre la construcción de la variante de la A-1 entre Madrid y Santo Tomé del Puerto, infraestructura contenida en el expediente de información pública del tramo I de la R-1. Además, la Comunidad anunció que las obras del intercambiador de Moncloa arrancarán en febrero. El vicealcalde, Manuel Cobo, entró ayer al trapo de la guerra entre Comunidad de Madrid y Gobierno central y, ¿sorpresa?, para posicionarse codo con codo con sus compañeros de partido regionales. A la pregunta de «¿qué opinión tiene del conflicto generado entre las dos administraciones por el cierre de la M-50 y la construcción de la R-1?», Cobo respondió sin el típico «son problemas entre dos administraciones y nosotros desconocemos el asunto», y lo cambió por el menos típico, casi inédito, «la Comunidad plantea algo bueno para los madrileños». Según el vicealcalde, «Madrid necesita ambas infraestructuras, al igual que necesitaba la conexión de metro con la nueva terminal de Barajas». La postura municipal es la de apoyar al Gobierno regional en esta nueva batalla política y, eso sí, pedir que ambas administraciones alcancen un acuerdo «ya que no es buena la confrontación con la Administración General del Estado». Cobo también recordó que «estás infraestructuras estaban previstas por el anterior equipo de Gobierno (alusión a José María Aznar) y reiteró que son necesarias para la región. No se acabó ahí la intervención del vicealcalde sobre infraestructuras. Como en casa tiene mucho, que la M-30 da titulares por metro cuadrado levantado, Cobo tuvo que aclarar que, a pesar de la más que sorprendente petición de los grupos ecologistas de equiparar la velocidad máxima de la vía a la del resto de las calles (ningún ecologista ha pensado que los coches parados echan más humo), el Ayuntamiento no ha decidido nada aún, aunque en Movilidad aseguran que se calificará la M-30 como una vía rápida. También dijo que la explicación de la obra en Bruselas no correrá a cargo de los políticos sino de los técnicos.